Adiós Ministerio, adiós

12 de junio de 2009 por manu

Después de unas semanas intensas con los talleres de Medialab por fin hemos tenido un ratito de tranquilidad para recapitular. Prácticamente hemos acabado con las actividades a las que nos comprometimos con la segunda subvención, lo que me recuerda que os debemos un presupuesto de esos gastos.

Por otro lado hace unas semanas nos llegó la comunicación del Ministerio de Cultura diciendo que no nos habían concedido la subvención para este año.  No pasa nada, pensamos seguir por aquí como todos los días. Pero eso sí, el logo del Ministerio desaparece de este blog hasta nueva orden.

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Llegó el dinero

7 de octubre de 2008 por manu

Ayer 4 de octubre nos llegó la transferencia del Ministerio de Cultura, los famosos 15.000€. A día de hoy llevamos gastados 1102,09€, adelantados por Basurama. No es mucho, lo hemos podido asumir sin problema, pero como os contaba en mi temido post El How to más denso de la historia, hay veces que puede llegar a serlo.

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El dinero público y la tecnología

10 de julio de 2008 por paaq

Una de las cosas más apetecibles cuando nos planteamos esto de Obsoletos era el poder trincar dinero público, placer que disfrutamos como buenos españoles. Otra cosa es que lo hagamos a cambio de nada, ojo; tenemos a Cogollo todo el día con el soldador a cuestas y ya estamos preparando los talleres para el otoño.

Por eso, otra de las cosas, que personalmente me apetecía mucho, era denunciar el actual gasto público en tecnología en España. Algo así como si nosotros hacemos esto con 15.000 euros, ¿en qué coño se gastan los dineros los demás? Así que vamos a ello, con tres ejemplitos que han llegado a la portada de Menéame estos días:

  • La Junta de Andalucía se ha gastado más de 430.000 euros en un puto robot de MSN al que han bautizado Lucía y han soltado por la red a que los internautas le apedreemos dialécticamente. Obvia decir que Lucía nos dirá menos de Andalucía que un perro granaíno, que los bots conversacionales en español no funcionan, la tecnología para que se comuniquen de una manera aceptable no está desarrollada aún, y por algún motivo son un puto agujero negro de dinero público, como sucedió con Robin, el robot de deseducacion sexual, creado a pachas por el Ministerio de Sanidad y Microsoft.
  • En Barcelona acaban de descubrir que el blog del alcalde cuesta 262.000 euros al año en mantenimiento y elaboración de contenidos. Hombre, lo cierto es que el blog está bastante currado, es muy colaborativo y está lleno de vídeos, pero no veo que los contenidos los hayan elaborado los guionistas de los Simpson. Ahí no hay metidos doscientos mil euros ni de coña. Una sola persona con una cámara en la mano podría encargarse de todo.
  • El diseñador de un portal municipal en Sevilla es el primo del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín. Este muchacho regenta una tienda de trajes de novia, obviamente nunca ha trabajado en esto del diseño y se ha llevado más de 6.000 euros por una web creada a partir de una plantilla de Joomla, o sea, el trabajo de una o dos tardes. De los tres casos, éste es el más triste y propio de un país subdesarrollado: el primo se hizo autónomo para poder cobrar el trabajito, ha trincado veinte veces menos que los listos de Barcelona y ha sufrido mucha más publicidad (por cierto, que el ayuntamiento sevillano, que designó al primo a dedo, no quiere hablar de su currículum en nombre de la protección de datos).

Líbreme dios de afirmar que la tecnología nos llevará a un mundo de “todo gratis”, o que los trabajos tecnológicos no hayan de ser cobrados. Diseñar y mantener un blog de manera profesional tiene un coste, promocionar Andalucía por internet tiene un coste. Pero no es éste.

Soy bastante pragmático en cuanto a la corrupción, creo sinceramente que es un fallo del sistema, no producto de maldades acumuladas. Si una administración local paga cientos de miles de euros por mantener un puto blog, ¿acaso van a negarse los mantenedores a cobrar en nombre de la ética, cuando un post en un blog comercial se paga a unos céntimos? Pues claro que no. Lo que sucede es que nuestros políticos no tienen ni puta idea de tecnología y claro, se la meten doblada. El problema es que no es su dinero, es de todos. Y el problema es que saber de tecnología no es como saber de toros o de vinos, no es un conocimiento gratuito; el conocimiento tecnológico es conocimiento acerca del mundo en el que vivimos, de las casi infinitas posibilidades que tenemos a nuestro alcance. Un político que no sepa de tecnología es un analfabeto funcional, una persona claramente dispuesta a ser engañada por el primero que pase para darle nuestro dinero. Me consuela que cualquier caso de este tipo tenga bastante asegurado llegar a la portada de Menéame, prueba de que a la gente le interesa y se escandaliza ante el gasto público injustificado. Pero, hemos de reconocerlo, en Menéame somos muy pocos comparado con el conjunto de la sociedad. Podemos hacer presión hasta aquí, no más.

No se vayan, que otro día hablamos de Microsoft y la administración pública, ya verán qué risas.

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Sobre el presupuesto. El How to más denso de la historia.

1 de julio de 2008 por manu

Hace tiempo que queríamos hablarte del presupuesto de Obsoletos. No es que os queramos justificar nuestros honorarios. Simplemente lo vemos como una excusa para contarte algunas cosas que hemos ido aprendiendo con el tiempo sobre dineros y subvenciones que pueden venirte bien si estás pensando pedir una subvención. Sí amigo, sí, esto es un DIY. Un poco chapón y sin una triste foto pero un DIY a fin de cuentas. Con esto esperamos animarte a que hagas realidad tus ideas y, como decía Cogollo en uno de sus post, ahorrarte algún error que nosotros cometimos en su día.

Ponte cómodo, deja de escuchar la COPE y prepárate para ver naves arder más allá de Orión.

¿Pero cuánto dinero decís que os han dado?

Seguro que es lo primero que os preguntáis. En un sitio decimos que nos han dado 15.000€ y en el presupuesto decimos que el coste total del proyecto es de 17.400€. Bueno, pues esto es así porque la práctica totalidad de las subvenciones estatales se cifran en cantidades base, es decir, sin IVA ni IRPF. Si a 15.000€ añadimos el 16% de IVA que lleva casi todos los productos que se compran en la calle, salen los 17.400€ que nos han concedido.

Esto quiere decir que, en nuestro caso, la cuantía total de dinero que debemos gastar en el proyecto va a superar los 15.000€. Y esto es así porque el Estado supone que tú presentas estas mismas facturas en la liquidación trimestral del IVA y recuperas ese dinero. Esto no siempre es posible, si no eres autónomo o no has pedido la subvención a nombre de una asociación u otra figura fiscal no puedes recuperar el IVA. En cualquier caso la administración da por hecho que lo vas a recuperar; y si no va a ser así, tienes que presentar un documento que lo justifique. Esto es importante para no encontrarte al final del proyecto con la desagradable sorpresa de que tienes que devolver dinero.

Y además, imagínate que tienes una gran idea digna de ser subvencionada pero no tienes ni un duro. ¿De dónde sacas el dinero extra del IVA que tienes que pagar por cada cosa que compres? Que sí, que a lo mejor lo recuperas después, pero mientras tanto ¿quién lo adelanta? A eso se le llama falta de liquidez. En Basurama por suerte podemos cubrir los mil y pico euros, pero imagínate que te conceden 100.000€…

Otra cosa que tienes que tener en cuenta es que desde la fecha de concesión hasta que de verdad te hacen el ingreso pueden pasar semanas o meses. Esto ya depende de cada administración. Y este sí que es el verdadero problema. O tienes un dinerillo en el bolsillo para ir adelantando o si no te toca dar explicaciones a tus nuevos y flamantes acreedores cada vez que te envían una factura. Por eso es posible que si te embarcas en una aventura subvencionada no puedas trabajar con cualquier persona o proveedor si no acepta cobrar las facturas a 90 días, por ejemplo. Total, que planificar los gastos es bastante importante. Casi siempre lo que pasa es que el último en cobrar eres tú y el resto de tu equipo.

¿Y con este panorama qué hago?

Tranquilos. Ya os decíamos que queremos animaros a que pidáis subvenciones, no asustaros. Os vamos a contar algunas recetas y truquillos (todos legales, ojo) para llevar una subvención a buen fin.

Lo principal es planificar un poco los gastos. Casi todos los servicios que contrates a empresas pueden ser pagados a 90 días. Imprenta, montajes de espacios expositivos, transportes…

Igualmente si vas a contratar los servicios de un profesional (para una conferencia, por ejemplo), puedes negociar con él pagarle un poco más tarde. La gente que anda por estos mundos de la cultura ya sabe que las cosas de palacio van despacio, así que no deberían tomárselo mal.

Y también cabe la posibilidad de pagar tus honorarios y los de tu equipo de trabajo en el último momento. Esperemos que te dediques a algo más y no dependas de este dinero.

Para tranquilizarte un poco más podemos decirte que a nosotros nunca nos han abonado la subvención después de haber hecho una actividad, siempre durante el plazo de ejecución, con lo que la necesidad de tener liquidez sólo se produce al principio.

Todos los demás gastos que tengas te tocarán pagarlos a toca teja. Material, transporte si tienes que viajar, etc.

Además algunas administraciones te hacen un adelanto de una parte del dinero y según vas presentando facturas que cubran ese adelanto te van dando más dinero. En esos casos una posibilidad es presentar las facturas de tus honorarios y el de tu equipo de trabajo desde el minuto uno de juego, para justificar el adelanto y que te vayan dando más dinero. Todo en pos de la liquidez, ya sabes.

Por cierto, fijaros que estamos hablando de dos conceptos diferentes: justificante de gasto (facturas) y justificante de pago (movimientos bancarios por ejemplo). Ambos son necesarios para justificar la pasta pero en primera instancia lo importante es tener las facturas aunque no estén pagadas. Los pagos siempre te dejan hacerlos un poco más tarde, incluso después de finalizado el plazo de ejecución de tu proyecto. De hecho todas las administraciones funcionan así: contratan todo tipo de servicios para ser ejecutados en el momento, pero no pagan hasta tres meses después.

Otra cosita más y ya os dejamos ir: este documento que os presentamos como presupuesto no es en realidad lo que se presentó al Ministerio, ya que en el formulario de solicitud a entregar los gastos deben ser presentados y desglosados de otra manera más simple. De hecho se presentan desglosados nada más que en seis partidas. Nuestro consejo: no hagas un presupuesto con seis partidas tan generales como “Gastos personales” o “Material” a menos que estés muy seguro de cuáles va a ser tus gastos. Mejor haz un presupuesto bien desglosado y luego clasificas cada partida en una de las categorías que te proponga la entidad subvencionadora de turno. Y de paso si quieres presentar el proyecto en varios sitios (seguramente cada uno proponga categorías diferentes) tienes casi todo el trabajo hecho.

A la hora de montar el presupuesto no olvides que todo montaje requiere un desmontaje, que la gente come y duerme o que siempre hay gastos indirectos como por ejemplo llamadas de teléfono o envíos por correo. Y aún así una pequeña partida de imprevistos nunca viene mal.

En fin, esperamos haberte animado algo a meterte en una aventura como esta. Se nos quedan muchas cosas en el tintero, pero con el tiempo tan bueno que está haciendo dudamos que tengas ganas de seguir leyendo.

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